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Situaciones humanas

Construyendo mi independencia

breaking-out-300x282El otro día vi un anuncio que me llamó mucho la atención. Era de una de esas compañías de Call Center. El anuncio decía en inglés ¿Quieres ser independendiente? Estamos contratando! Y mostraba una joven con las llaves de un carro en la mano. Me llamó la atención porque esa, la independencia económica, es casi la única clase de independencia que se promueve en nuestra sociedad.
En la consulta uno recibe un sinnúmero de mujeres exitosas, adineradas, con buenos puestos, emprendedoras, con un futuro profesional y económico brillante, asoladas por enormes sufrimientos en la parte personal.
La independencia incluye la independencia económica, pero es mucho más que tener un carro. La independencia es depender cada vez menos de otros y de fuentes externas para estar cómoda conmigo misma y poder ocuparme de satisfacer todas mis necesidades sola. No es no necesitar de los demás, pero sí implica no sufrir si no los tengo.
La independencia, es algo que se aprende o mal aprende en casa con los ejemplos que vimos en casa. La dependencia, es decir, la falta de independencia en todas sus expresiones es más común en mujeres que en hombres, representando las mujeres el 75% de los casos de dependencia. Esto sucede por los diferentes roles que como mujeres se nos enseña y porque, como la dependencia se aprende en casa, desde muy pequeñas aprendemos a ser dependientes, especialmente de nuestras madres.
Si uno lo que aprendió en su casa fue la dependencia, y tiene deseos de ser menos dependiente, necesita ir moviéndose paulatinamente a construir su independencia. ¿Qué significa esto? Significa ir teniendo consciencia de todas mis necesidades (físicas, emocionales, económicas, materiales, afectivas, sexuales, personales, etc.) e irme haciendo cargo de satisfacerlas yo misma. Este hacerse cargo de una misma es lo que denominamos autocuido.
Nuevamente, lo que se promueve a nivel de sociedad es el auto cuido superficial. Es decir, ir al salón, darme un masaje, pagar un spa, ir al gimnasio como mucho. Eso es cuidar el cuerpo y está bien, pero hay mucho más al autocuido. El autocuido incluye también:
Cuidar mis emociones: cómo mantengo mi serenidad, como manejo la ansiedad, el enojo, las frustraciones, de mis miedos, etc.
Cuidar mi mente: como me cuido de no andar en la pensadera constante, torturarme mentalmente, enfocarme en cosas, eventos o personas que me hacen sentir mal, alimentar pensamientos negativos hacia mí misma o hacia otros, etc.
Repetición: involucra la concientización de las rutinas que tengo como persona y la valoración de esas rutinas como beneficiosas o no beneficiosas para mí, el incluir en mi vida más rutinas beneficiosas y repetirlas, para que se conviertan en parte de mi vida.
Conocer dónde estoy: En términos de mis deseos y capacidades (es decir, la diferencia entre lo que quiero lograr y lo que puedo lograr en cada momento), de mi dependencia/independencia, de los recursos materiales (casa propia, dinero, trabajo) emocionales (autoconfianza, vivencia de la soledad, manejo de límites, etc.) y sociales (apoyo de familia, amigos o comunidad) con los que cuento.
Planear a futuro: Es decir, poder ir administrando mi vida en términos de dónde quiero estar (en comparación de dónde estoy, que es el paso anterior)
Hablar menos y hacer más: Una de las características de las dependientes es que piensan demasiado (lo que confunde), hablan de más (prometen, amenazan, comentan, comparten, se quejan) pero a la hora de la acción, quedan paralizadas.
Hacer conscientes las elecciones de dónde quiero estar: Mantener presente mis metas y la vigilancia mental de todas mis acciones (físicas, mentales y verbales) para poder evaluar si las acciones que realizo me acercan o alejan de esas metas y poder así mantener la coherencia entre lo que digo que quiero y lo que hago
Actuar: Que es, finalmente, lo más importante y lo que va a definir la vida que tengo. Este actuar es lo último porque la actuación sin independencia nos deja desoladas y nos obliga a retroceder, incrementando mi sensación de impotencia y de dependencia.

La independencia es un camino paulatino. Es algo que vamos construyendo. Lo que cuesta a veces es saber por dónde empezar y cuál es el camino. En ese caso, la recomendación es buscar ayuda profesional.

Mi independencia en éste momento incluye...

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Por Ana Salgado

Psicóloga clínica especialista en terapia sexual y de parejas formada en la prestigiosa Universidad de Barcelona.
Divide su tiempo entre su práctica clínica, conferencias y su labor como columnista y bloguera.
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