Tu Confesión

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La propuesta es sencilla: Crear un espacio donde podás compartir de forma anónima y confidencial tus secretos, situaciones que te hayan marcado, practicas que te gustan, aventuras sexuales, historias que te han hecho crecer, algún momento sexual  inolvidable, tu opinión acerca de un tema concreto, en fin, lo que quieras.

La idea es compartir para  educar, inspirar, motivar, normalizar, incluso, y porque no, excitar.

El beneficio es para escritor y lector. El que escribe tiene la oportunidad de ordenar sus ideas y reflexionar sobre su vida sexual y el que lee descubre, se identifica, toma inspiración y aprende de otros.

Lo primero sería que te atrevás a escribir lo que queras compartir. Para esta parte, toma en cuenta:

  • Inicia presentándote para que el que lee pueda hacerse una idea de vos y entender tu forma de vivir tu sexualidad.
  • No vamos a censurar nada, pero intenta que tu texto sea respetuoso  y no muy largo.
  • Para cuidar la confidencialidad y mantenerlo anónimo, me mandás tu escrito a [email protected]
  • El punto es que la persona que se atreve a compartir quede contenta con lo que  publique en el blog y que las personas que leen puedan quedar claros de la historia. Para esto, cuando me escribas, no voy a publicar el texto inmediatamente, sino que te respondo dándote oportunidad para retocarlo.
  • Nos ponemos de acuerdo en un seudónimo para que podás interactuar con los lectores.
  • Lo subo como post sin firma, pero le pongo al final el seudónimo.

    Tu historia

    Tu e-mail

    Un ejemplo inventado (he juntado varias historias, para que nadie se reconozca completamente):

    Soy mujer, heterosexual con algunas experiencias homosexuales. Me excitan los hombres pero me atrae mucho el cuerpo femenino. Tengo 34 años, estoy casada desde hace 7. He tenido tres relaciones serias e innumerables parejas sexuales, perdí la cuenta hace rato.

    Mi primera relación sexual fue genial. Teníamos muchísima confianza con mi pareja del momento y habíamos ya hecho de todo. Yo ya estaba un poco cansada de ser virgen y decidí que iba a probar la penetración. Lo pensé, me informé, me preparé y un día, después de esos encuentros que teníamos en su cuarto de adolescente, solo me senté sobre él. Fue inolvidable.

    Todavía añoro esos tiempos. Para mí la penetración le quita la diversión al sexo. Era mucho más excitante cuando lo único que había eran juegos eróticos y uno podía experimentar con todo lo demás. Y no es que no me guste le penetración, me gusta, pero a veces extraño ese juego erótico sin fin de la adolescencia.

    Con mi pareja actual, mi cuerpo reacciona de maneras insospechadas. Y no es por su técnica que es, he de decirlo, bastante básica, sino por lo que él provoca en mí. Supongo que es un asunto de feromonas, de química sexual o de mucho enamoramiento. No lo sé, pero fue el primer hombre con el que pude tener un orgasmo sin tener que masturbarme.

    No logro llegar al orgasmo a menos que él me hable sucio. No es muy expresivo, pero cuando logra decir algo, sé que es porque ha perdido la cabeza  y eso me excita todavía más. Si en el momento no me dice nada, recuerdo esas  frases que me ha dicho. No hace falta imaginar mucho para que yo explote.

    Lo único que extraño es el sexo anal. A mí me encanta y me excita sobremanera y él lo considera sucio y no está dispuesto…por ahora (no pierdo la esperanza…)

    Cuando cumplí 30 me puse una meta: lograr tener orgasmos en todas las posiciones sexuales para cuando cumpla 35…

    … y así hasta que te des por satisfecha/o.