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Relaciones de pareja

Las pruebas

Muchos problemas en las relaciones se estancan en el típico “no tenés pruebas” sobre x tema, generalmente infidelidades. “Y como no tenés pruebas, no me podés decir nada hasta que las consigás”. Como que las relaciones fueran un juicio legal con culpables e inocentes y el cuarto, los juzgados.

Obviamente la otra persona, ante semejante insensatez, se queda callada. Porque además, el “acusado” es el que define que significa “pruebas”, y generalmente se reduce a verlo con los propios ojos. Incluso en el sistema judicial, otros recursos como testimonios de testigos, pruebas circunstanciales y demás son válidas, pero en el caso de los “juicios de pareja”, esto aparentemente no es válido.

Mayor insensatez es la que comete la persona que entra en el juego y empieza a seguir a su pareja, intentando conseguir las pruebas. Existen sólo dos posibilidades a la hora de buscar esa prueba:

  • Puede ser que nunca la encuentre: y entonces ¿qué? Pues en esta filosofía estamos condenados a no decir nada porque no la encontramos y por tanto todo lo que siento, veo y oigo, no vale de nada.
  • Puede ser que la encuentre: muchas personas que las encuentran, igual no hacen nada. Sencillamente están tan extenuadas por la búsqueda que luego de encontrarla, esta igual pierde sentido.

Pierde sentido porque en realidad “la prueba” es generalmente una excusa para dos personas que no pueden y/o quieren dejarse. Si pudieran ser sinceros consigo mismos y con el otro, no se desgastarían tan inútilmente.

En las relaciones, lo que importan son los sentimientos, los que por su naturaleza, nunca son objetivos. No podemos permitir que esta falta de objetividad los invalide, porque son ellos los que nos acercan y los que, al final de cuentas,  nos terminan alejando y por tanto son los que necesitamos cuidar.

Cuando mi pareja me exige que le "pruebe" lo que siento...

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Por Ana Salgado

Psicóloga clínica especialista en terapia sexual y de parejas formada en la prestigiosa Universidad de Barcelona.
Divide su tiempo entre su práctica clínica, conferencias y su labor como columnista y bloguera.
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2 respuestas a «Las pruebas»

Hola Doctora mi esposo y yo somos jóvenes de 25 años con una década de noviazgo y un matrimonio de año y medio del cual solo vivimos dos meses. Yo siempre le doy su lugar y le he sido fiel. Lo he atendido incondicionalmente. El otro dïa fui a comer con una amiga y tome demasiado, llego el tecnico a arreglar un cableado y se dio un acercamiento besos apasionados y me toco ahí… No hubo sexo. Llego mi esposo y vio la embarazosa situacion, me hecho de la casa y no quiere verme. No confia en mi y me odia. Ahora me ha pedido el divorcio y duda de mi y de la relacion de tantos años. Yo lo amo. No se que hacer para arreglar esta situacion.

Buenos días Mestli,

Cuando se da una infidelidad, se necesita pasar por 3 etapas:

La primera etapa es la de toma de decisiones. Como él es la persona afectada, él tiene que decidir si está dispuesto a asumir lo que pasó y continuar con la relación. Ésto implica, de parte de él, el compromiso de que de ésto no se vuelve a hablar. Ese es un precio muy alto a pagar y por lo que Ud. plantea, él no tiene voluntad de pagarlo. Esto la deja a Ud. en un sinsalida.

Lo segundo, es poder ver la dinámica que ha llevado a ésta situación. Cómo llegamos al punto en que había tanta distancia entre los dos como para que cupiera alguien más?

Lo tercero, es el tema de la compensación, porque Ud. ha hecho un daño enorme y potencialmente irreparable a la relación y esto ha de compensarse (si deciden continuar la relación).

Mi recomendación, adicionalmente, incluye el revisarse con un profesional de la psicología. Me llama poderosamente la atención el que Ud. se haya sentido atraída hacia lo «imperdonable» y que después de tantos años de buena conducta en su nociazgo, nomás se casa, hace algo que destruye su matrimonio.

Espero mi respuesta le sea de beneficio.

Saludos cordiales,

Ana Salgado
Terapeuta sexual y de parejas

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