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Mitos sobre sexualidad femenina: La vagina

mitos vaginaMe atrevo a decir que la vagina es el órgano al que tenemos acceso, que las mujeres más desconocemos. Las mujeres tienen la mala costumbre de no explorar ni conocer sus genitales. De esta falta de familiaridad con el propio cuerpo, surgen una serie de mitos relacionados.

Algunos de los mitos más comunes con respecto la vagina son:

  • La vagina huele mal: una vagina saludable no huele mal, huele a genitales. Cada vagina huele diferente, como cada persona.
  • La vagina huele a mariscos: si una vagina huele así es porque está enferma, no porque ese sea un olor natural de la vagina. Hay que visitar a un ginecólogo para resolver el problema.

  • La vagina hay que lavarla por dentro: La vagina tiene su propio sistema de limpieza, mantiene una población saludable y beneficiosa de bacterias que la mantienen limpia y saludable. Uno necesita, efectivamente, lavar muy bien su vulva (los genitales externos, ver ilustración ) con agua y jabón, pero jamás lavar la vagina por dentro con jabones o con duchas vaginales. Estos productos inicialmente eliminan el olor natural que tienen los genitales, pero desbalancean el PH vaginal, matando las bacterias buenas y dejando la vagina desprotegida contra infecciones vaginales. Una vagina enferma huele realmente desagradable y las personas tratan de remediarlo lavándose o duchándose más y por tanto, haciendo más grave el problema.
  • El exceso de actividad sexual agranda la vagina: Este mito viene de la idea que la vagina es un hoyo. En realidad la vagina es un espacio virtual, es decir que sus paredes en estado natural están juntan y más bien se van amoldando a la forma y tamaño de lo que entre (pene, dedos, etc.) o lo que salga (bebés). La fuerza de una vagina entonces viene no de ella misma, sino de los músculos que la rodean (músculo pubococcígeo).

Lo que de hecho muchas mujeres observan es que a través del tiempo, sus vaginas se sienten ensanchadas a la hora de tener relaciones sexuales, pero esto no se debe a la cantidad de actividad sexual sino a eventos como el parto y/o el envejecimiento que pueden disminuir la tonicidad de los
músculos que rodean la entrada de la vagina o producir desgarros en los mismos. En este caso, hacer  ejercicios Kegel ayuda a prevenir y reparar estos daños. Una manera sencilla y eficaz de conseguir ejercitar estos músculos es usando bolas chinas.

En casos extremos, se requiere cirugía para reconstruir los músculos dañados.

Yo conozco y exploro mis genitales

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Por Ana Salgado

Psicóloga clínica especialista en terapia sexual y de parejas formada en la prestigiosa Universidad de Barcelona.
Divide su tiempo entre su práctica clínica, conferencias y su labor como columnista y bloguera.
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